Número-246

  • El confinamiento incrementó los problemas de conducta, psicosomáticos y de sueño en la población infantil, advirtió la senadora Nuvia Mayorga.


 
La pandemia puso en evidencia la necesidad de personal e infraestructura para atender la salud mental, pues las medidas de aislamiento social, la reducción de ingresos, el aumento del desempleo, la violencia intrafamiliar y la información falsa incrementaron el riesgo de desequilibrio emocional entre la población, afirmó la senadora Nuvia Mayorga Delgado.  

 

La legisladora propuso que, por Ley, la Secretaría de Salud, las instituciones de salud y los gobiernos de las entidades federativas fomenten la capacitación continua en primeros auxilios psicológicos, intervención en crisis, prevención, detección oportuna y atención de trastornos mentales y del comportamiento, dirigida a personal médico, paramédico y administrativo.  

 

En las consideraciones de la iniciativa, que fue turnada a las comisiones unidas de Salud y de Estudios Legislativos, Primera, del Senado, Mayorga Delgado advirtió que este aumento en la necesidad de atención de estos padecimientos se enfrenta a un sistema en el que ya existía un rezago significativo. 

 

En México, 60 por ciento de todos los psiquiatras radican en las tres ciudades más grandes, lo que deja al resto del país con carencias en estos servicios. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, en nuestro país hay sólo 0.2 psiquiatras por cada 100 mil habitantes. 

 

La senadora del PRI explicó que el estrés agudo, crisis de ansiedad, insomnio, abuso de sustancias y agotamiento, son los trastornos que afectan, al menos, a un tercio de la población, y pueden ser más comunes entre quienes han vivido la crisis de cerca generada por la pandemia o se encuentran en la primera línea de atención.  

 

Entre la población infantil, por ejemplo, se ha observado un aumento de los problemas de conducta, psicosomáticos y de sueño, así como dificultad para jugar.  

 

“Los altos niveles de estrés pueden obstaculizar el desarrollo del cerebro, lo que a su vez puede provocar problemas a largo plazo. Cuando los niños no asisten a la escuela, son menos activos físicamente y pasan más tiempo viendo la televisión”.  

 

Los menores, agregó Mayorga Delgado, también son, con mayor frecuencia, víctimas de abusos y testigos de violencia en el hogar. Muchos, incluso, podrían presentar dolor, que en algunos casos se prolongará. 

 

“Aunque no sabemos cuánto tiempo pasará antes de que podamos reanudar nuestras actividades diarias, sí sabemos que la prevalencia de los trastornos mentales aumentará”.  

 

Y en este escenario, continuó la legisladora, ofrecer primeros auxilios psicológicos permitirá un tratamiento adecuado a personas con trastornos mentales y del comportamiento, así como abordar un diagnóstico de manera integral, intersectorial e interinstitucional.